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Dr Diego Guerra

Cirugía para secuela de mano quemada

Las secuelas de las quemaduras en mano pueden producir inmovilidades y secuelas funcionales severas que tratadas adecuadamente son susceptibles de mejorías.

 

Cuando la piel entra en contacto con algo caliente, puede dañarse, con la muerte de las células de la piel. La profundidad de la lesión depende de la intensidad del calor y del tiempo que se aplica. Si es lo suficientemente grave, se puede destruir todo el grosor de la piel, así como los tejidos debajo de ella. Las quemaduras también pueden resultar del contacto con ciertos productos químicos.

 

¿Cuáles son los grados de las quemaduras?

 

Las quemaduras se clasifican según la profundidad de la lesión, lo que ayuda a determinar el tratamiento adecuado.

 

Primer grado: superficial – enrojecimiento de la piel sin ampollas.

 

Segundo grado: daño cutáneo de espesor parcial – presencia de ampollas.

 

Tercer grado: daño cutáneo de espesor total – la piel es blanca y correosa.

 

Cuarto grado: como en tercer grado pero con daño a estructuras más profundas, como tendones, articulaciones, huesos.

 

¿Qué tipo de tratamiento se necesita?

 

Después de las medidas de primeros auxilios que incluyen retirar la mano de la fuente de calor y mantenerla limpia, el tratamiento se enfoca en prevenir más problemas de rigidez e infección. El tratamiento depende de la profundidad y extensión de la quemadura. Las quemaduras de un porcentaje importante del cuerpo requieren hospitalización y atención en unidades especiales para quemados. Las quemaduras localizadas en la mano pueden tratarse de forma ambulatoria si el dolor se puede controlar adecuadamente.

 

Primer grado (quemaduras superficiales): tratado principalmente para la comodidad con analgésicos locales y analgésicos. Por lo general, estos se curan en una semana.

 

Segundo grado (quemaduras de espesor parcial): las ampollas pueden o no cortarse, pero la mano y el antebrazo deben ferulizarse en una posición segura para evitar rigidez posterior. Si hay superficies abiertas y en carne viva, se realiza una limpieza con cambios frecuentes de apósitos y la aplicación de antibióticos tópicos locales hasta que las heridas cicatricen. La cicatrización de la herida ocurre dentro de dos a tres semanas. Algunas quemaduras de segundo grado pueden requerir la extirpación de la piel dañada seguida de un injerto de piel.

 

Tercer grado (quemaduras de espesor total): la piel muerta deberá ser removida y reemplazada con injertos de piel. El momento de esto depende del tamaño y la ubicación de las quemaduras. La mayoría de los cirujanos eliminan la piel muerta tan pronto como es evidente que la quemadura es de espesor total y se injerta inmediatamente. Luego se entablilla la mano (ver Figura 3) hasta que los injertos cicatrizan y luego comienza la movilización. Idealmente, esto es dentro de las dos o tres semanas posteriores a la lesión. Las quemaduras pequeñas de espesor total pueden tratarse como las de espesor parcial, pero tardarán más en sanar y dejarán cicatrices. Una quemadura que rodea toda la circunferencia de la extremidad a veces puede contraerla como un torniquete. En tales casos, es posible que sea necesario liberar la constricción, un procedimiento conocido como escarotomía.

 

¿Terapia de quemaduras de manos y rehabilitación?

 

La necesidad de terapia depende de la profundidad de la quemadura y de cualquier otro factor que pueda provocar rigidez en la mano. Las quemaduras superficiales generalmente no necesitan ninguna terapia formal para las manos. Las quemaduras más profundas o aquellas que ocurren junto con otras lesiones pueden requerir terapia y rehabilitación extensas. Su cirujano de mano coordinará la terapia con un terapeuta si cree que usted se beneficiaría de la rehabilitación.

 

¿Será necesaria una cirugía adicional?

 

Muchos pacientes con quemaduras requerirán más de una operación. Muchas manos quemadas desarrollarán contracturas meses o años después de la lesión original. Se debe planificar un seguimiento a largo plazo con su cirujano de mano para evaluar la posibilidad de que una cirugía adicional pueda mejorar la función de su mano.